AL ENCUENTRO DE MI MISMO
“¿A dónde iré para estar lejos de tu espíritu?
¿A dónde huiré de tu presencia?
Si subo al cielo, allí estás tú;
si me tiendo en el Abismo, estás presente.
Si tomara las alas de la aurora
y fuera a habitar en los confines del mar,
también allí me llevaría tu mano
y me sostendría tu derecha.
Si dijera: “¡Que me cubran las tinieblas
y la luz sea como la noche a mi alrededor!”,
las tinieblas no serían oscuras para ti
y la noche sería clara como el día” (Salmo 139, 7-12)